jueves, 3 de junio de 2010

"Canino" de Giorgos Lanthimos (2009)

Secuestrar para mantener la tradición.

La sociedad evoluciona, las tradicionales familias jerarquizadas están corrompiéndose, y los valores más ancestrales de respeto y sumisión hacia la figura patriarcal están cada día más en decadencia en la sociedad occidental actual. Pero hasta donde es capaz de llegar un ser humano para poder mantener este prototipo de familia? Esta es la pregunta que plantea el realizador griego Giorgos Lanthimos en este angustioso y magnífico film.
El planteamiento conceptualmente es similar al de "El bosque" (The village, 2004), de M. Night shyamalan. Consiste en mantener completamente aislados del exterior, a los tres hijos y a la madre de una familia en teoría muy funcional por parte de un despótico y tirano padre, que no quiere que adquieran malas influencias del mundo real. Tiene miedo que sobretodo sus hijos se contaminen de la para él, disfuncionalidad familiar que asolan a las sociedades modernas. Y es capaz de secuestrarlos bajo los muros de su casa, con la cruel y falsa cultura del miedo para que no intenten salir hacia el exterior.
Esta es la base que estructura el film, y aquí nacen varios de los aspectos de su contenido más novedosos y originales, y que a su vez son muy naif y surrealistas. Es sin duda la creación de nuevos significados en palabras, porque al patriarcal padre no le interesa que sus hijos sepan su significación real. El cineasta sabe hilvanar con elegancia esta nueva concepción en el vocabulario, dotándole de un humor muy característico e ingenuo, que cuesta de creer pero que funciona narrativamente, y ayuda a que el concepto central del film tenga coherencia. Para combatir al claustrofóbico aburrimiento que conlleva el cruel aislamiento, y para poder educarse bien en la singular y dogmática creencia tradicional que impone su padre, los hijos se distraen con unos infantiles juegos. Lanthimos sabe otorgarle esta monotonía al film con una planificación muy característica. No le da movilidad a la cámara excepto en dos o tres secuencias, planos fijos constantemente no muy largos, (construye las escenas con el montaje), que hacen dar la sensación a todo el relato de las reprimidas y aburrridas vidas que tienen que asumir los hijos y de su falta de libertad. Llama la atención en la narración del film las explícitas secuencias de sexo y de violencia que el relato contiene. Hace pensar en la dicotomía que surge entre la monotonía existente de la vida de los hijos, y la sensación de libertad al practicar sexo o usar la violencia. Como es lógico los adolescentes tienen inquietudes y curiosidad por lo que hay fuera de su casa, y sobre todo la hija mayor se lo cuestionará. Tendrá que combatir al miedo a lo desconocido que le han impuesto y le conducirá a un incierto final.
El tema que plantea el film puede parecer exagerado al mostrar un progenitor tan déspota que es capaz de secuestrar a sus propios hijos y a su mujer, pero en realidad su discurso metafórico es muy real, porque hay muchas familias aun hoy en día que funcionan con esta estricta jerarquía. Y lo que es peor, que encima son aceptadas por varios sectores retrógrados de nuestra idílica sociedad.