sábado, 19 de diciembre de 2009

"Hatari" de Howard Hawks (1962)

Espléndida película de Hawks en la que su mundo brilla a la perfección. Como decía el propio cineasta, “solo soy un contador de historias y no me considero un artista”, pués bien es cierto que hasta los años 60 no fue considerado un maestro al igual que otros directores de cine clásico de Hollywood, hasta que desde Francia en “Cahiers du Cinéma” empezaron a darse cuenta que dentro de las restricciones que el cine clásico tenía, se habían hecho innumerables obras maestras y se habían forjado muchos maestros de cine en el que cada película que hacían tenía su sello. Esto contradecía lo que se explicaba antes de los 60 para argumentar que los directores del Hollywood clásico solo eran artesanos, y es que se decía que tenían muchos conocimientos técnicos sobre cine, pero solo se limitaban a intentar hacer lo mejor posible los encargos que les ofrecían en el género que fuera. Es cierto que muchos directores de ese periodo fueron artesanos pero como bien se dieron cuenta desde Cahiers, hubo otros muchos que llegaron bastante más lejos e hicieron obras de arte en el que las obsesiones y el estilo narrativo de estos, se imponía a las propias películas que realizaban. Entonces que un maestro como Hawks se considerase él mismo como un artesano, refleja muy bien el poco valor que se les había dado a los directores desde el propio Hollywood antes de los 60, y por eso es lógico que si desde la misma industria no se les reconocía su arte, ellos pensasen que fueran solo contadores de historias y nada más, pero solo hay que ver un film como Hatari para darse cuenta de que todas las obsesiones y la forma de pensar de Hawks, son parte de este film al igual que en prácticamente toda su obra, dándole así coherencia y estilo propio, y esto es lo que distingue a los maestros de los artesanos. Centrándome ya en Hatari, tiene el característico estilo visual de Hawks dando una lección de fluidez narrativa a todo el film donde la acción va a un ritmo rápido y siempre ligada al futuro inmediato de la historia sin utilizar prácticamente elipsis. Hay que recordar que Hawks nunca utilizó en su obra flashbacks, dándole así mucha importancia a su estilo narrativo fluido y rápido. También cabe mencionar el humor del film, que hace que sea al mismo tiempo una comedia y una cinta de aventuras, haciendo así un estilo que cada vez utilizó más en sus films, como demostró años más tarde en el western “El Dorado”. Las secuencias de las partidas de caza están muy bien realizadas, haciendo que parezcan prácticamente un documental, pero en el film son mucho más importantes las relaciones de los personajes, que están muy bien desarrolladas como siempre en la obra de Hawks. Es un film divertido y emocionante, magníficamente contado por un maestro al que hoy en día con toda justicia si que se le considera uno de los grandes.

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